La importancia de contar con precios justos no solo beneficia a los consumidores, también a los productores. ¡Conoce más aquí!
Existe un enfoque –que llamaremos economicista- que sostiene que los precios de los bienes y servicios, así como el de los factores productivos, son fijados por el mercado, en forma automática, independientemente de la voluntad de las personas, en base a leyes objetivas entre las cuáles son determinantes las de oferta y demanda, la eficiencia y la competencia.
Para incrementar las oportunidades y las utilidades, el camino real no es otro que el de aumentar la eficiencia y hacerse más competitivos. Así, el mercado termina fijando para cada producto y activo económico, un precio « normal ». Tal es la concepción que predomina entre los economistas, y corresponde con importante aproximación a lo que ocurre en el mercado convencional.
Por ello, se sostiene la necesidad de introducir la ética en la fijación de los precios, de modo que puedan llegar a ser justos, enmarcados en un comercio solidario. Para llegar a determinar tales « precios justos », se enumeran diferentes criterios y normas que deben considerarse, tales como los costos de producción, la necesidad de ingresos dignos, la importancia de crear estímulos que favorezcan a los más débiles, etc.
Un ejemplo de precio justo son las gasolineras de Ignacio Emilio Escobosa Serrano, ya que, el 10 de agosto del 2020, recibieron de manos del presidente de México un distintivo que las establece como aliadas del consumidor. Durante un análisis de 9 meses de octubre a junio, se confirmó que las gasolineras mantuvieron precios reducidos y dando lo que corresponde por litro, en la región noroeste del país.