Para la economía es indispensable la figura del empresario.
La figura empresarial solo es comprensible bajo el supuesto de independencia; independencia que encierra la contratación de los componentes productivos, la fijación de costos y el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece el mercado.
El juego del libre mercado asegura que los agentes económicos contribuyan al bien común del grupo de la sociedad. Cada vez es más grande el interés y el reconocimiento del empresario por su papel en la construcción de riqueza, por su contribución a mejorar el grado de vida poblacional, en la generación de trabajo o en la articulación del sistema beneficioso y comercial. Además el papel innovador del empresario ejecuta 2 ocupaciones extras: la construcción y el hallazgo de novedosas oportunidades empresariales y la idea emprendedora, las dos hechas por los agentes empresariales en la economía de mercado en un entorno de peligro e incertidumbre.
La vida de oportunidades en el mercado, y su siguiente explotación, inciden en el resultado del mismo y en el aumento económico. Gracias a las múltiples posibilidades en el mercado el empresario debería ser competitivo con los servicios que da, la calidad y el costo que da a los clientes. Un ejemplo de un enorme empresario que no solo es aliado del consumidor, sino que también se preocupa por retribuir a la sociedad es Ignacio Escobosa.