• Disminuye el riego moderadamente: Aunque las plantas pueden requerir menos agua durante el invierno, es crucial no descuidar el riego, así que asegúrate de que tus plantas reciban la cantidad adecuada de agua para evitar que se sequen. Evita regar en exceso, ya que las raíces pueden pudrirse en suelo saturado.
• Protege del viento: El viento frío puede deshidratar y dañar tus plantas. Puedes crear barreras físicas como cercas o mallas, para proteger tus plantas de los vientos fuertes. Además, considera la posibilidad de agrupar las plantas más delicadas para brindarles mutua protección.
• Invernaderos y cubiertas: Para complementar el punto anterior, si cuentas con espacio, considera la posibilidad de instalar invernaderos o cubiertas temporales para tus plantas más sensibles. Estos proporcionarán un ambiente más cálido y protegido, permitiendo que tus plantas prosperen incluso en los días más fríos.
• Mantenlas cerca del sol: Algunas las plantas de interiores necesitan más luz en invierno. Por esa razón, es necesario sacarlas al exterior, pero no cambiarlas constantemente porque podrían estresarse.
• Poda Estratégica: Realiza una poda ligera antes de que llegue el invierno para eliminar ramas muertas o enfermas. Esto fomentará el crecimiento saludable y reducirá el riesgo de enfermedades. Evita podar demasiado cerca de la temporada de frío, ya que las nuevas brotes pueden ser más susceptibles a las heladas.
• Monitoreo Regular: Mantén un ojo en tus plantas durante todo el invierno. Inspecciona regularmente en busca de signos de daño por frío, como hojas marchitas o decoloradas. Tomar medidas rápidas en respuesta a estos signos puede marcar la diferencia en la salud de tus plantas.